Zenón <<El profeta>>
La única razón para estudiar filosofía es llegar a ser una mejor persona.
El estoicismo es la filosofía de los hechos y no la de palabras complejas y acertijos desconcertantes.
Cicerón <<filosofar es aprender a morir>> Esta filosofía nos enseña sabiamente a vivir, pero también a afrontar la parte más aterradora de la vida: la muerte.
No se trata de lograr la insensibilidad, sino de cargar con las emociones.
Ellos no aceptaron sin objeciones las injusticias de sus tiempos, de hecho fueron la resistencia contra tiranias como la de Julio César o Nerón.
Zenón padre del estoicismo, llega a atenas luego de perder todo en un naufragio, allí sento las bases de lo que más tarde se conocería como la <<filosofía estoica>>
Como en todas la historias, hay varias versiones de los hechos. Pero lo importante es el aprendizaje, el transformo una catástrofe para impulsar una nueva vida y una nueva forma de ser.
Una de las enseñanzas de Sócrates (quien había muerto tiempo atras) que mas le llamo la atención es <<La elección de Hércules>>, este héroe se encontraba en una encrucijada entre dos doncellas, una la virtud y la otra el vicio, Zenón toma aprendizaje de la virtuosa que decía <<Debes acostumbrar a tu cuerpo a ser el servidor de tu mente, y entrenarlo con esfuerzo y sudor>>
Diógenes <<la naturaleza ha creado al animal racional para la contemplación y la acción>>
La sabiduría de Zenón, no fue, en absoluto, una epifanía o una iluminación, sino un proceso arduo y laborioso. Recorrió ese camino de la mano del estudio y la formación.
Cleantes <<El apóstol>>
No se sabe concretamente que lo llevo a atenas, Cleantes era pobre pero de una mente brillante.
Para Cleantes el trabajo y la filosofía eran dos caras de la misma moneda, de hecho se dice que rechazó abiertamente presentes como los del rey Macedonio Antígono II Gónatas que tenian la finalidad de que este se dedique plenamente a sus estudios.
No se sabe cuando exactamente Cleantes descubrió la filosofía, la necesidad de encontrar una mejor forma de vivir puede presentarse en cualquier momento.
Kierkegaard haría una distinción entre un genio y un apóstol. El genio ilumina al mundo con su trabajo. El genio es profeta. El creador. Más adelante aparece aparece el apóstol: un hombre o mujer que comunica y difunde el mensaje. Zenón fue el profeta del estoicismo, y Cleantes, el apóstol.
El dinero que se gana con el sudor de la frente no se malgasta de forma frívola, y Cleantes no se desprendía fácilmente de su dinero ni de la seguridad que le proporcionaba.
Un joven espartano, preguntó a Cleantes si el dolor debía evitarse o si, en circunstancias apropiadas, podía considerarse un bien. Cleantes respondió con una cita de la Odisea: "hijo mio se muestra en tus palabras que eres de sangre noble”, el consideraba que el sufrimiento, si era resultado de la búsqueda de la virtud, era un bien y no una desgracia.
Zenón, hablaba de cuatro virtudes:
Esta fortaleza y firmeza, cuando se trata de cosas evidentes y en las que hay que persistir, es sabiduría; cuando se trata de cosas que hay que soportar, es coraje; cuando se trata de merecimientos, es justicia; y cuando se trata de de elegir o rechazar, templanza.
Zenón decía que los hombres tienen dos orejas y una boca por una razón. El prefería citar este verso de Electra:
"Calla, guarda silencio, que tu paso sea ligero.”
También aseguraba que los peripatéticos —los seguidores de Aristóteles— no eran muy distintos de un instrumento músical como la lira, porque producían un sonido hermoso, que ellos mismos eran incapaces de escuchar.
Cleantes en un fragmento de una obra, dice: <<El destino guía a los que están dispuestos, pero arrastra a quienes no lo están>>
Además en otro poema, ofrece una definición de lo que es y debe ser el bien:
Si preguntas cuál es la naturaleza del bien, escucha:
Lo que es regular, justo, santo, piadoso,
que se autogobierna, útil, justo, adecuado,
serio, independiente, siempre beneficioso,
que no siente miedo ni pena, provechoso, indoloro.
Servicial, agradable, seguro, amistoso,
que se tiene estima,
que está de acuerdo consigo mismo: honorable,
humilde, cuidadoso, dócil, diligente,
perenne, intachable y duradero.
Aristón <<El disidente>>
Aristón era un estoico disidente, constantemente, cuestionaba, desafiaba y ponía a prueba la mayoría de los primeros estoicos.
Aristón creía que el hombre debía ser guiado únicamente por la virtud y algunos principios más, pero esta postura los enfrentaba a Zenón, el cual creía que entre el vicio y la virtud había una gama de grises muy amplia.
Por ejemplo, la riqueza o la salud no tienen valor moral en sí mismos, tener dinero no significa predicar con la virtud. Pero para él, no era polémico afirmar que uno podía acercarse a la virtud y al mismo tiempo desear la riqueza, la fama o la notoriedad, pues eran herramientas que servían para construir una vida aún más virtuosa. Son <<indiferentes preferidos>>
Aristón se negaba a adentrarse en los grises, el quería las cosas claras, quería confiar en su formación y su intuición para saber cómo actuar.
Esta conducta es algo así como:
Nunca cometo errores. Solo existe el bien y el mal. No hay nada entre ellos. ¡Un hombre sabio simplemente sabe lo qué debe hacer!
Una parte de este pensamiento esta relacionada al ego: queremos creer que somos sabios y tenemos una intuición infalible.
Crisipo una vez le preguntó: <<De qué modo podemos pasar la vida si pensamos que para nada nos interesa si estamos bien o enfermos, libres de dolor o atormentados por él, si podemos o no podemos alejar el frío, el hambre?>>
Aristón, como Juan el Bautista para los cristianos, desempeñó ese enigmático papel que este tipo de figuras contradictorias suele ejercer en los movimientos incipientes. ¿Era un rival o un seguidor? ¿Un santo o un hereje? ¿Un amigo o un enemigo? Aristón representaba todas estas cosas, antes y ahora.
Crisipo <<El luchador>>
Crispo, el tercer líder de la escuela estoica, empezó muy pronto a correr y esto formaría una mente fuerte y resiliente.
<<ha de esforzarse y competir por llevar la delantera; pero no debe de ninguna de las maneras poner el pie delante de su competidor o detenerlo con el brazo. Del mismo modo, en la vida, es justo que cada uno procure lo que necesita, pero quitárselo a otro no es justo>>
Crisipo apenas conoció la paz en sus primeros años de vida, Cilicia al sur de la actual Turquía era objetivo frecuente de saqueos. Al igual que en el caso de Zenón, la perdida de una fortuna provocó que se dediqué a la filosofía.
La creciente popularidad del estoicismo hizo que empezara a recibir muchas críticas, La distintas escuelas filosóficas de Atenas — la epicúrea, la platónica y aristotélica — se enfrentaban como si de religiones se tratase.
Crisipo se vio obligado a luchar para proteger esta creciente escuela que todavía estaba abriéndose camino. Estudió los preceptos de las escuelas rivales y asistió a las clases de la academia platónica para identificar flaquezas.
En el presente lo llamamos la estrategia del hombre de acero: en lugar de engañarte y asumir que las ideas de tu oponente son erróneas puedes enfrentarte a el con con rigor y dedicación. Y ganar en función de los méritos sin recurrir a descalificaciones.
Crisipo no evitaba los placeres o el dinero, pero no veía con buenos ojos querer o desear cualquier cosa. Un hombre sabio tiene todo lo que necesita —porque sabe aprovechar aquello que se le presenta en el camino—, pero no desea nada; <<por el contrario, el necio no necesita nada, porque de nada sabe usar, pero carece de todo>>
No hay mejores palabras para describir a un estoico: tener sin desear, y disfrutar sin necesitar.
No pidió prestamos ni prestó dinero, algunos contemporáneos lo consideraron arrogante, pero en realidad era una prueba de autosuficiencia. El decía que si aceptabas dinero de un rey debías seguirle la corriente.
Todo puede llevarse al extremo, cuanto más inteligentes somos, más fácil es enamorarse de nuestra propia voz y de nuestros propios pensamientos. El coste de esto no es solo el orgullo, sino la calidad de nuestro mensaje.
Zenón <<El gestor>>
La historia es circular. Una misma cosa sucede una y otra vez. No somos muy especiales, dirían. Somos piezas intercambiables, actores que desempeñan unos papeles que llevan representándose desde el principio de los tiempos.
Este nuevo Zenón, sucesor de Crisipo, no fue un ardiente defensor del estoicismo, ni un revolucionario, tampoco un disidente. Pero quizás fue exactamente lo que el estoicismo necesitaba en aquel momento.
Diógenes <<El diplomático>>
Diógenes priorizó una filosofía política más práctica, en ese entonces el mundo helénico (Grecia y partes de lo que hoy conocemos como Turquía, Egipto, y el área del Mediterráneo oriental) se quedaba a la sombra del incipiente Imperio romano.
Unos siglos más tarde, Marco Aurelio recordaría que la vida no era como la República de Platón, Diógenes, en aquel momento, se percató de que la vida tampoco era como la República de Zenón. Descubrió que el mundo está repleto de gente desorientada y con defectos. Se dio cuenta de ello al llegar a Roma y entrar en contacto con los políticos de la ciudad. De aquel contacto surgió el pragmatismo
Sobre el mercado y la búsqueda del interés personal:
Cicerón nos cuenta un debate que mantuvo Diógenes con su alumno Antípatro sobre la ética de vender un terreno o un cargamento de grano. Antípatro creía que el vendedor estaba obligado a revelar toda la información; por ejemplo, que iban a llegar otros cargamentos de grano —lo que probablemente disminuiría el precio de la mercancía— o que el precio que se pedía por el terreno era probablemente superior a su valor de mercado. Eso era lo justo y apropiado, aseguraba. Pero Diógenes argumentó que nunca podría vender nada si revelaba toda la información. ¿Cómo podía funcionar un mercado sin la búsqueda del interés propio? Además, los vendedores tienen múltiples obligaciones, como obtener la mejor rentabilidad para sus inversores o mantener a sus familias. Cicerón recoge las palabras exactas del argumento: Diógenes decía que el vendedor, en la media en que la ley civil lo imponía, estaba obligado a declarar todos los defectos de su mercancía, y por lo demás, podía actuar sin deliberados engaños, intentando, sin embargo, como vendedor, realizar la mayor ganancia posible. Diógenes se apoyaba en el caveat emptor: el argumento que defendía que la responsabilidad de una compra recae en el comprador.
Antípatro <<El ético>>
Debemos encontrar el equilibrio entre obrar justamente y el moralismo paralizante y destructivo.
Panecio <<El enlace>>
Uno de los aprendizajes de Panecio más importantes fue, aprender y poner a prueba. Aprender más y volver a poner a prueba. Este es el método estoico.
Participaba de una sociedad filosófica llamada el círculo de Escipión, se reunían a discutir y debatir los principios.
El círculo de Escipión era un espacio que brindaba una influencia y un acceso al poder que ni el padre de Panecio, ni sus maestros, Crates y Diógenes, jamás podrían haber imaginado.
«es grato extraer un fruto procedente de la amistad de un poderoso, como el que obtuvieron Polibio y Panecio, quienes, gracias al afecto que les profesaba Escipión, realizaron una importante contribución al bienestar de sus respectivas patrias»
Panecio fue el enlace, se encargó de entrelazar la ética estoica con la romana.
No solo los hombres y mujeres modernos se plantean estas cuestiones: ¿Quién soy? ¿Qué debo hacer con mi vida? ¿Cómo puedo darle un sentido? Los antiguos también perseguían este tipo de respuestas, y la fórmula de Panecio les ayudó, como puede ayudarnos a nosotros. Panecio creía que todas las personas nacen con un deseo innato para el liderazgo, y que estamos obligados a alcanzar el máximo potencial de nuestro propio camino.
Panecio comparaba el papel de un ciudadano en la sociedad con el 'pancracista' (similar al boxeador), un tipo de atleta que simboliza la lucha y la preparación constante frente a las dificultades de la vida, usando esto como una metáfora para ilustrar cómo las personas deberían estar siempre alertas y preparadas para enfrentar los desafíos de la vida, protegiéndose y evitando conflictos innecesarios.
La lucha es un combate real, no una lucha con uno mismo, esto se asemeja más a los problemas con los que lidiamos a diario, contra el destino y otros oponentes.